martes, 9 de octubre de 2018

LA ESCUELA DE LA ESPERA






Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová.
Salmos 40:1-3 RVR1960

Ay! Como duele esperar. Creo que la mayoría de nosotros no tenemos la hermosa cualidad de esperar pacientemente, por lo general nos desesperamos al no ver una respuesta rápida, nos frustramos y hasta nos enojamos.

Pero ¿Qué pasa cuando a Dios se le ocurre la idea de mantenernos en la Sala de Espera?

Estar en la Escuela de la Espera de Dios es difícil en el sentido que a ninguno de nosotros nos gusta esperar tanto por algo que queremos recibir. .

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