Y
a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la
tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será
desatado en los cielos. Mateo
16:19
El
cielo del cual Jesús estaba hablando no es el cielo donde Dios mora, sino de la
zona de batalla: el cielo en donde operan las fuerzas de Satanás. Jesús estaba
diciendo que Dios nos ha dado poder para atar a los espíritus malos en los
lugares celestiales, y para desatar los poderes angelicales de Dios para obrar
a nuestro favor.
Filipenses
2:9-10 dice: "Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio
un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble
toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la
tierra". Eso lo cubre todo.
Como
creyentes, tenemos autoridad total sobre los poderes de Satanás. Podemos
ejercer autoridad sobre los espíritus malos que están tratando de destruir esta
nación. Podemos ejercer autoridad sobre ellos y destruir sus fortalezas en el
nombre de Jesús.
Ya
es hora de que empecemos a comprender lo importante que somos en los asuntos
mundiales. Desde el día en que Jesús nos dio la Gran Comisión, la vida o la
muerte del mundo ha estado en manos de la Iglesia. Somos los que tenemos el
poderoso Nombre de Jesús y la imponente fortaleza del Evangelio para traer vida
y abundancia a cada criatura. Somos aquellos cuyas oraciones pueden cambiar
todo puesto de autoridad en este país.
Nos
corresponde comenzar a interceder ahora mismo y a usar el poder que Dios nos ha
dado. Podemos venir de tierras diferentes y de diferentes culturas, pero todos
tenemos algo en común: Jesucristo es nuestro Señor. Y eso es suficiente para
alterar el aspecto espiritual de este mundo.
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