jueves, 27 de octubre de 2016

La Paciencia En La Oración


La práctica de la oración diaria es muchas veces un ejercicio de gran paciencia. Al igual que el agricultor que siembra una semilla y espera obtener una cosecha meses más tarde, la oración podría ser vista como la siembra de deseos que madurarán a una cosecha en algún momento en el futuro en el calendario de Dios. El hecho de que no veamos una respuesta inmediata, una respuesta rápida, o una respuesta en fracción de segundos en lo que respecta a nuestra petición, no significa que Dios ya no ha puesto las cosas en movimiento para responder a nuestra oración. Hemos de creer, que si pedimos alguna cosa conforme a Su Voluntad, Dios se encargará de supervisar nuestra solicitud hasta que llega el momento de llevar la petición a la condición de ser contestada. Así que nunca hay que cansarse cuando la demora parece la orden del día. Hay que seguir creyendo, incluso cuando nuestros corazones se están rompiendo y la incredulidad como un lobo hambriento mantiene llamando a la puerta a nuestra mente. ¡Hemos de seguir pidiendo! ¡Vamos a continuar con nuestra súplica! ¡Vamos a continuar perseverando en la paciencia de la oración! Debemos recordar siempre a nuestra mente que tenemos garantizado, en la autoridad de la Santa Palabra de Dios, que Él responderá en Su Tiempo.

Lucas 18: 7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?

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