viernes, 27 de noviembre de 2015
¡Está esperando que cumplas con esta misión!
No es suficiente...pon tu corazón Recientemente
vi un video en la Universidad, sobre la vida de un hombre alcohólico, desde su
inicio hasta su muerte. Lo que me pareció interesante es que en un momento de
su historia, este hombre había asistido a una iglesia cristiana, y entregó su
vida a Cristo. Durante este tiempo dejó el alcohol, sin embargo como no tenía
que comer, ni alguien que se preocupe por él, se rodeó de unos
"amigos", quienes lo llevaron nuevamente al vicio que ocasionó su
muerte” Habría sido un gran testimonio para todos los estudiantes de la
Universidad saber que aquel hombre restauró su vida al convertirse, pero
lastimosamente, faltaban personas que tengan el corazón de Dios, que se pongan
en su lugar y lo ayuden. Aquel hombre no solo necesitaba que alguien que le
predique, o le dé palabras de aliento, sino de una persona que se preocupara
por él, que lo ayudara proporcionándole el alimento necesario, alguien lo
visite y comparta con él. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid,
benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la
fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me
disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me
cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces
los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te
sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y
te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la
cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que
en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo
hicisteis. Mateo 25:34-40 Cada vez que ayudas a alguien, toma en cuenta que
haces algo para Jesús. Si conoces a alguien que está pasando por necesidad
quiero decirte que no es suficiente que le hables, debes demostrar el amor y la
misericordia de Dios por medio de tus actos, recuerda que nosotros somos las
manos y los pies de Dios físicamente aquí en la tierra, y ellos lo conocerán
por medio de ti. “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque
estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces
dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.
Mateo 9:36-37 Tener el corazón de Dios es tener misericordia y compasión por
otros, como Dios mismo lo tuvo por nosotros. Misericordia es poner el corazón
en la necesidad del otro, significa preocuparse y ayudar como si tú mismo
estuvieras viviendo ese problema. Hay mucho trabajo, la necesidad ha crecido en
gran medida y lamentablemente son pocos los que realmente han entendido este
llamado… Jesús siempre estaba rodeado de personas que tenían necesidad y ¡Está
esperando que cumplas con esta misión!
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