Levántate cada día con la fe y la esperanza de recibir; lo que no fue ayer, hoy puede ser. Dios se acuerda de ti y de los tuyos.
Meditemos
en esta palabra que está en Génesis 8:1-4
"Entonces
Dios se acordó de Noé y de todos los animales que estaban con él en la barca.
Hizo que el viento soplara sobre la tierra, y el agua comenzó a bajar; se
cerraron las fuentes del mar profundo y también las puertas del cielo. Dejó de
llover, y el agua comenzó a bajar poco a poco. Al cabo de ciento cincuenta
días, el agua ya iba bajando, y el primer día del mes décimo ya se podían ver
las partes más altas de los montes".
Haber,
imagínate que podía pasar por la cabeza de Noé.
No
paraba de llover, el diluvio no paraba, el agua no disminuía. Sabes que muchas
veces a nosotros nos pasa lo mismo que le pasó a Noé:
Los
problemas no paran.
La
enfermedad no cesa.
Las
finanzas van a pique.
La
familia se desintegra.
En
fin en pocas palabras; no has salido de una, cuando ya estás metido en otra.
Pero
hoy tengo buenas noticias para ti: aunque veas todo esto, debes creer y
declarar que:
Dios
va a actuar a mi favor.
Dios
va a defender mi causa.
Algo
grande viene para mi.
Esta
enfermedad no es para muerte, sino para Dios manifestar su gloria.
De
esos problemas Dios me a sacar.
Pronto
amanecerá.
Así
que si te has acercado a Dios y no te ha respondido, no te desesperes; que así
como se acordó de Noé, también se va a acordar de tus peticiones y te llevará a
lo más alto de la cima.
Empieza
la semana con fe, con optimismo de alcanzar lo que te has proyectado.
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