Las pruebas a las que nos enfrentamos como
Creyentes nunca son agradables. A menudo son diseñadas para que nos revelen
algún aspecto de nuestra vida cristiana que necesita ser ajustado. Tal vez es
necesaria la paciencia, entonces Dios nos coloca en una posición en la que hay
que esperar. Tal vez tenemos necesidad de desarrollar una sensibilidad a las
necesidades de los demás. Así que Dios nos coloca en una situación en la que
somos la única solución para el problema de alguien más. Somos hechos
incómodos, inseguros, insatisfechos, y sin duda no estamos disfrutando de los
muchos colores de la situación en la que acabamos de entrar. Sin embargo, ¡la
Escritura nos manda a acercarnos a estas situaciones con gozo! No porque las
circunstancias en que nos encontramos traigan alegría a nuestro corazón, ¡ni
mucho menos! Sin embargo, podemos regocijarnos en saber que Dios está cambiando
algo que necesita ser cambiado sobre mi carácter, mi corazón, mi forma de
pensar, mi manera de hacer las cosas. Y cuando este simple viaje a la realidad
de mi necesidad ha logrado la meta de Dios y termine, Dios habrá dado un paso
más en conformarme a la imagen de Cristo. ¡Es por esto que puedo contar mi proceso
actual como un gozo! ¡Dios está haciendo a algo interno para el beneficio de mi
eternidad!
Santiago 1:2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en
diversas pruebas,
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